Banda Sonora.

miércoles, 5 de enero de 2011

La Pubertad.

La inseguridad que poseen los jóvenes en esta edad del desarrollo, de las vivencias, de los valores, hacen que se deje atraer por deslumbramientos y engaños que pueden provocar en él ,el desmoronamiento de su mundo subjetivo y de la fe puesta en otra persona, así como en todo lo bueno del mundo, peligro que aumenta mientras más inmaduro es el joven. Esta problemática se da porque el joven admira a los adultos de su propio sexo o del otro; a profesores, artistas, campeones, etc., sintiéndose atraído por los aspectos de su personalidad que él venera y que termina convirtiendo en una admiración romántica que en las jóvenes es de mayor relevancia. Esta admiración es individual y personal: los jóvenes se entusiasman sólo por una persona, no confiándolo a nadie, excepto a sus amigos íntimos o su diario. Se trata de un amor espiritual, libre de deseo sexual y no es otra cosa que la insegura búsqueda del eros hacia otra persona; hacia un tú, búsqueda que se limita a cualidades exteriores de la persona admirada y que es un tanto pasajera. Esto se produce dada la necesidad del joven por salir de su aislamiento, que le resulta doloroso y que lo hace unirse a otra persona que piense igual a él y con quién pueda compartir sus penas y alegrías, de esto se desprende la necesidad de amigos del joven que le brindan compañía y lo motivan a buscar entre ellos a aquella persona que llene el vacío de su soledad.

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